Comentario
El Postclásico en la cuenca de México pone de manifiesto la permanencia de los viejos patrones teotihuacanos, si bien combinados con una migración interna hacia el norte, en un intento de las poblaciones del valle de integrarse en el floreciente estado tolteca; mientras tanto, el sur está controlado por Cholula, que a su vez extiende sus dominios por Puebla y Tlaxcala. Esta ciudad había iniciado una etapa de esplendor desde la llegada de los olmeca-xicallanca de la Costa del Golfo a finales del Clásico; como consecuencia de ello su pirámide de estilo teotihuacano sufrió cuatro remodelaciones hasta obtener 55 m. de altura. El valle de México queda entonces dividido en dos zonas de influencia; una al norte controlada por Tula, y otra al centrosur bajo el dominio de Cholula.
Tras la decadencia de Tula se inicia una etapa de inestabilidad política que se conoce con el nombre de periodo Chichimeca hasta que Tezozomoc accede al trono de Azcapotzalco en 1370. Las fuentes confirman la penetración de chichimecas procedentes del norte de México, los cuales tienen diferente bagaje cultural. Tal inestabilidad se traduce en que ningún centro consigue centralizar el poder, aunque algunos de ellos sí tienen un fuerte impulso, como la propia Tula o Teotihuacan. Otros sitios manifiestan ya patrones aztecas, como Cuauhtitlan, Ecatepec y Tepotzotlan en el noroeste de la cuenca de México. Poco a poco se produce una toltequización de los patrones chichimecas y a lo largo del siglo XIII los grupos de habla nahua u otomí se organizan en ciudades-estado que controlan diminutos territorios, en especial en el centro y en el sur, mientras que el norte permanece poco poblado. El área central es controlada por Azcapotzalco y Tenayuca al oeste del lago Texcoco y por Huexotla y Coatlinchan al este; mientras que en el sur surgen centros como Culhuacan, Xochimilco, Cuitlahuac, Chalco y Xico.
Todos ellos tienen importancia a lo largo del Postclásico, pero en un primer momento destaca Tenayuca, la capital chichimeca a la llegada de Xólotl y de su hijo Nopaltzin y de un grupo chichimeca que había estado deambulando por el norte de la cuenca de México. Es en esta ciudad donde se efectúa la superposición étnica y cultural definitiva de los contingentes toltecas y chichimecas, lugar de encuentro de otros grupos como los tepanecas, otomíes y acolhuas. En Tenayuca Nopaltzin construyó una pirámide que con el tiempo sufriría hasta 8 superposiciones levantadas según un proceso de ciclos calendáricos repetidos de 52 años; de ellas, las tres primeras son chichimecas y las cuatro últimas aztecas.
Más tarde, los grupos que se habían unido en torno a Tenayuca se disgregan; los acolhuas fundan Cuatlinchan hacia 1.260, los otomíes Xaltocan en 1.250 y los tepanecas se trasladan a Azcapotzalco en 1.230. Tenayuca mantiene el poder hasta que Quinatzin decide trasladarse a Texcoco en 1.327. Antes de que esto ocurra, penetra en la cuenca un nuevo grupo de habla nahua que tiene un carácter semiaculturado, ya que practica una agricultura incipiente, conoce el ciclo de 52 años, el juego de pelota y otros rasgos mesoamericanos. Este pueblo se denomina azteca, una derivación de Aztlán "Lugar de Cañas" de donde dicen proceder, el cual fue conocido por otros nombres como tenochca, mexica o, más propiamente, culhua-mexica. Así pues, los aztecas contribuyeron en la definición del periodo Chichimeca desde 1.193 hasta 1.427 en que se hacen independientes políticamente y establecen su capital en Tenochtitlan. Tres de sus gobernantes -Acamapichtli, Huitzilihuitl y Chimalpopoca- vivieron según patrones culturales chichimecas.